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Marco Hernández, punzopintor
Vol. 1, No. 1, Primavera 2009 : Arte visual


"A distancia"


"Decaída 6"


"Suspenso"


"Danza neón"


"Decir adiós"


"Gesto"


"Admirada"


"Bebedor 1"


"Danzón detalle 4"


"Nuda 2"


"Oso"

La agudeza de un rostro [sobre la obra de Marco Hdez, punzopintor]

Una obra cuya destreza se plantea como evidente. La capacidad del autor para desprender en un par de trazos la forma de un rostro, la virtud de poder abstraer en un gesto todo el universo de sentimientos y manifestarlo en una expresión, que va de la nostalgia al agobio, del cariño al éxtasis.

Si bien es cierto que somos el cúmulo de ideas en nuestro recorrer el mundo, también lo es que esta obra refleja la aguda visión que del mundo tiene su autor. Cuando uno ve lo subjetivo, lo trivial, lo mundano, en una sola frase, en un solo comentario Marco, Da vida a lo que serán posteriormente sus personajes. Un par de vasos, con sus intrincadas formas de relacionarse y sus casi infinitas maneras de manifestarlo, los hábitos de un transeúnte, en eso que no vemos y que el artista capta de inmediato, con una lectura muy diferente y fértil de significados.

En algunos casos podemos ser presas del titulo de la obra, en otras podemos sentirnos parte de los sentimientos vertidos en esa obra. Un trabajo que cómo pocos, nos regala a los ojos, la honestidad, de poder ver los sentimientos del pintor entre sus trazos. Se percibe la angustia del proceso creativo, lo difícil de pensar en un resultado, pero también lo fácil que se le da a la mano el dialogo con la mente.

Marco Punzo pintor, un artista con toda la extensión de la palabra, un autor que tiene la capacidad de poder contarnos una historia con un lenguaje tan poco usual como lo es la pintura. Hoy más que antes, pienso que la pintura es como la poesía y deja abierto a nuestros ojos la interpretación placida e irreverente de nuestra experiencia por el mundo. 

— Ruben Anguiano

Marco Hernández, punzopintor: El hombre-marco está ahí para que el terror de la imagen no progrese por encima del desgarrón. Lucha contra la línea continua —o progresa con ella—, y como es zurdo, cree que está liberando esotra parte del cerebro que se cree con derecho a pintar por él. De ahí que el trazo –el trozo de línea, y de tela- ocurra como inversión, capitalillo que se ahorra el pintor, así se hace menos rico y levanta el puño, de ahí que parezca —que aparezca— como revolucionario, puñal y todo.

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