Algunos lugares palpitan
henchidos por el peso de la luz.
Como aleteo de libélulas
zumban voces antiguas
en el espesor del silencio.

Es mejor cerrar los ojos
para contemplar.
Sin la tiranía de los sentidos,
atender a la propia disolución
Y dejarse ir, en puro aliento
hacia el denso amasijo de ser.


© 2004 Rosabetty Muñoz

ZUMBAN VOCES
ROSABETTY MUÑOZ
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