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Poesía : Cristián Cruz

(San Felipe, Chile, 1973) Ha publicado los poemarios Pequeño País (Ediciones Casa de Barro, Chile, 2000) Fervor del Regreso (Ediciones del Temple, Chile, 1era. edición: 2002 - Segunda edición: 2004) La Fábula y el Tedio (Ediciones EDEBÉ, Chile, 2003) y los libros de crónicas Papeles en el Claroscuro (Ediciones Intendencia Regional de Valpo., Chile, 2003) y La Invención de Pangue (Ediciones Casa de Barro, Chile, 2006). Entre las distinciones recibidas, destacan en 1998, la Beca de la Fundación Neruda, Santiago, y la Mención Honrosa del premio poético Jorge Tellier. En el 2003 recibe por La Fábula y el Tedio el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile. El mismo año es merecedor de la beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. En el 2007 es merecedor del segundo premio Fernando Santiván de Poesía ciudad de Valdivia. En la actualidad, escribe artículos literarios para la revista Pluma y Pincel de Santiago de Chile.

Terribles asuntos

Yo podría haber intentado otra cosa

Pero tú sabes que en esta vida

La cobardía te lleva por terribles asuntos

Y dolorosos mas encima,

Yo habría intentado por ejemplo;

Cambiar mi cuerpo por otro

Pero en nada se reemplaza un alma,

Haber cambiado los excesos por cuatro o cinco hijos

Y juntos salir al campo

¿ves? Muchas cosas, muchas ganas

No haber sido tanto poeta

Sino una palabra que beneficie a las personas,

Leo cada día un par de poemas del gusto personal

Y ya no hablo tanto con dios

Sino tanto con carreteras que llevan a cabañas

Que engendran otras cabañas.

 

Crónica

Ahora piensa que estamos cruzando un estrecho de mar

Como si te ayudara a cruzar un frágil puente

Tomando esa frágil mano que es un puente a la felicidad.

Yo tuve una casa una vez

Ahora en mi despensa no hay nada de lo cotidiano

/ que abunda en las casas bien formadas y tranquilas,

Tres o cuatro botellas en las bolsas de basura

Estoy durmiendo poco, los discos se traban a la mitad

Estamos terminando de cruzar el frágil puente

Avivo el fuego con los últimos maderos que quedan en el patio

Entonces desaparecen las paredes y sus cuadros

Los cigarrillos del automóvil, el automóvil

Se apagan las lamas amenazadoras

Y el tiempo que es un río se detiene

Cruzo sus aguas, llego a una cabaña donde un par de manos

/toman mi cara

Me ordenan el cabello y me reservan una ventana

/que da a un paisaje en calma.

 

Estás bien

Siento que al leerte una página

Tu rostro me dice si,

Estás bien,

Pero es difícil encontrarte

Entonces leo y leo páginas frente a la pared

Y pareciera que de ella se abre una puerta

/ veo a dos mujeres besándose tiernamente

Ellas cuidan a mi gato, me miran y sonríen

Y ese “Estás bien”

Debe estar rodando quién sabe dónde

Y el sol es más grande que la tierra.

 

Este país

El poeta nacional es este país

Un centro delantero es este país

El baño, el papelero, una pintura de Juan Chaparro es este país

Mi larismo endémico es este país.

Mira, los cuadros de la casa sostienen dos almas perdidas

Podría ser la de un presidente, la de un pastor tremendamente solitario

Y para respetar al género la de una bailarina incandescente

Pero no;

De los cuadros caen frutas maduras

Algunas caen al piso, otras caen en el velador

Entonces este país no es tan malo

Contempla su clima;

La casa se inclina modestamente cuando escribes.

 

A la manera de Esenín

Tranquilo muchacho

No llores en los parques

No escribas cartas temblorosas pasadas a crepúsculo

No intentes cortar tus venas frente a fotografías

/que muestran esos parques y crepúsculos.

Tranquilo eterno adolescente

El amor entre los seres no es nada nuevo

Y el fracaso, por supuesto, tampoco lo es.

 

Restorán sencillo

La mesera te dice ¡ya cariño! De manera fugaz

Eso estremece los tenedores y los muebles.

Este restorán en donde comen los pobres de corazón

La tercera edad después del pago

Se transforma en tu casa de acogida.

No has tocado el pan del menú

No deseas tocar el corazón de nada

Y el embanderado de la fiesta

Se destiñe sobre los platos.

La mesera, los pobres de corazón y yo

Creemos ver el sol en los espejos

Puestos a la manera de los restoranes,

Y el ¡ya cariño!

Junto al bamboleo de los platos

Es una gambeta a la soledad

La mesa coja del corazón.

 

Mira las ciudades

Mira las luces de la ciudad

Si, mira las entrelazadas llamaradas de la ciudad,

como asteroides avanzan

como los espejos se reflejan a si mismas

Las orgullosas, impenitentes ciudades.

 

Nuestros lejanos países

Nos sorprendemos haciendo el amor

Y tú sabes que el amor amedrenta a los cobardes.

Tu casa era el patio trasero de un tren

Allí escuchamos como por primera vez

Los mudos asteroides en el brocal de nuestros labios.

No has contestado el teléfono

Entonces mi rostro no quiere verse en la noria,

Te podría regalar un árbol

Para que llegue a ti el trino del mundo

Y tengas en donde recibirlo.

No eran nuestros países tan lejanos después de todo

Siempre merodeamos sus fronteras.

Los rústicos van a pitar la sepultura de los abuelos,

Estoy en un lugar donde no hay respuestas

/solo preguntas.

Frente a un aromo

Pienso que nuestros países no eran tan lejanos

Y los sueños no serían de ceniza

Si nuestras llamas hablaran por nosotros.

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